Identidad digital, resiliencia climática y acceso al crédito: proyecto de inclusión financiera de comunidades originarias y campesinas en el Gran Chaco

Proyecto DIDI
6 min readSep 21, 2021

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La Asociación Cultural para el Desarrollo Integral (ACDI) y Proyecto DIDI, junto a otras instituciones, trabajarán en un modelo de identidad digital auto-soberana sobre blockchain en el norte de Argentina.

Trabajadoras rurales en la región del Gran Chaco. Fuente: ACDI

La región del Gran Chaco argentino está colmada de bosques y llanuras, donde distintas comunidades originarias (wichi, qom, pilagá, guaraníes) viven con un fuerte lazo con el medio ambiente, su principal fuente de subsistencia. Sostienen producciones agrícolas de todo tipo: ganadería, pequeñas parcelas de cultivo, apicultura, entre otros. El clima en distintos lugares de esa región, que alcanza a las provincias de Salta, Jujuy, Chaco, Formosa, Santiago del Estero, Tucumán, Córdoba, San Luis, La Rioja, Catamarca, Corrientes y Santa Fe, es hostil, y afecta sobre todo a las poblaciones más pobres, quienes se vieron desplazadas hacia tierras ambientalmente frágiles, de menor potencial productivo, y no disponen de los medios económicos y tecnológicos para generar producciones resistentes.

Este riesgo climático, que genera incertidumbre sobre sus producciones agrícolas, afecta a las comunidades en muchos aspectos, entre los que se encuentran el acceso al crédito financiero. “El clima condiciona mucho los resultados económicos de las producciones, y por lo tanto también la capacidad de productoras y productores de hacer frente a los préstamos recibidos. Esto las instituciones crediticias lo saben, por lo cual o no los incluyen dentro de sus carteras de crédito o elevan la tasa”, explica Mauricio Moresco, jefe de Proyectos de la Asociación Cultural para el Desarrollo Integral (ACDI), una organización sin fines de lucro que trabaja en la región a través distintas iniciativas vinculadas a la educación, el trabajo y el medio ambiente. Junto a otras instituciones, ACDI colabora en la red llamada “El Futuro está en el Monte”, impulsando producciones sustentables, la adaptación al cambio climático y la restauración de ambientes degradados.

Ante esta problemática, ACDI, en asociación con la Fundación Pronorte de Salta, luego de haber explorado el potencial de los modelos de identidad digital auto-soberana junto al equipo de Proyecto DIDI, han diseñado una estrategia de implementación de ai·di, la app móvil de identidad digital para la inclusión, a su proceso de trabajo. El objetivo será generar certificados que permitan registrar y dar cuenta de los avances y esfuerzos llevados a cabo en términos de resiliencia climática por parte de los distintos emprendimientos productivos rurales. En esta entrevista, Moresco brinda detalles sobre el proyecto, los desafíos de su implementación y las razones por las cuales entienden que este modelo de identidad digital auto-soberana sobre blockchain puede mejorar las condiciones de acceso al crédito de las comunidades del Gran Chaco.

Imagen aérea del Gran Chaco argentino. Fuente: ACDI

¿Qué nos podes contar sobre El Futuro está en el Monte?

Es una iniciativa que diseña, prueba y escala en la región del Gran Chaco nuevos modelos de negocios basados en los ecosistemas naturales y el bienestar humano para que, al mismo tiempo que se trabaja en aumentar la productividad y fortalecer los ingresos de las poblaciones más vulnerables, se aborden los retos ambientales locales y climáticos globales. Actualmente estamos presentes en siete provincias del norte de Argentina, además de participar en muchos procesos de desarrollo en la región chaqueña de Bolivia y Paraguay. En Argentina hay más de 5.000 emprendimientos productivos de diversas comunidades y pueblos que realizan producciones agroecológicas integradas al bosque nativo.

Y dentro de la iniciativa, ¿qué rol tiene ACDI?

Nosotros fundamentalmente nos concentramos en acompañar tres procesos que creemos centrales para impulsar una economía inclusiva basada en la naturaleza: el fortalecimiento de las comunidades locales, empoderando a los grupos sociales más vulnerables y recuperando los saberes tradicionales; la promoción de la innovación social, tecnológica y de negocios; y la movilización, articulación y orientacións de inversiones públicas y privadas hacia modelos de negocios que generen beneficios sociales, económicos y ambientales.

Hace poco firmaron un convenio de trabajo junto a Proyecto DIDI para incorporar su modelo de identidad digital auto-soberana sobre blockchain. ¿Cuál es el objetivo que busca alcanzar ACDI con este convenio?

Junto con el equipo de Proyecto DIDI vamos a trabajar en desarrollar una solución tecnológica que permita registrar los avances en la resiliencia climática de los emprendimientos productivos rurales. Estamos diseñando un sistema de construcción reputacional basado en el modelo ai·di de identidad digital auto-soberana que permita asignar a quienes producen dentro de la iniciativa El Futuro está en el Monte credenciales digitales y verificables, gracias a la tecnología blockchain, que den cuenta de sus avances en la aplicación de prácticas que mejoran su resiliencia climática -y por ende la solvencia de sus emprendimientos productivos- y les permita brindar información de su riesgo climático a instituciones financieras y comercios con la finalidad de mejorar su acceso al crédito.

En la región del Gran Chaco viven comunidades qom, wichi, pilagá y guaraníes, entre otras. Fuente: ACDI

¿Cuál es el principal problema que se busca resolver con la incorporación de ai•di?

Diversas causas limitan a las comunidades el acceso al crédito, entre ellas una que muchas veces es el principal: el riesgo climático de sus producciones. Las producciones rurales están en su mayoría determinadas por el clima que condiciona sus resultados económicos y por lo tanto la capacidad de hacer frente a los préstamos recibidos. Esto las instituciones crediticias lo saben, por lo cual o no los incluyen dentro de sus carteras de crédito o elevan la tasa. Pero un emprendimiento rural donde su propietario o propietaria se ha capacitado en producciones adaptadas al cambio climático, o que incorporó tecnologías de cultivo o de riego, no tiene el mismo riesgo que otro emprendimiento que no realizó estos avances. Entonces, ¿por qué no tratarlos de forma diferencial si tienen diferentes riesgos crediticios? Actualmente es muy difícil y costoso dar cuenta de estas diferencias en las realidades de cada productor o productora, pero la implementación de un modelo de identidad digital, con credenciales firmadas por instituciones confiables y con capacidad de dar cuenta de estas mejoras en los procesos productivos, reduciría de manera significativa los costos de verificación de la información y contribuirá a que los potenciales prestadores realicen análisis de riesgo mucho más ajustados a la realidad.

¿Qué oportunidades se abren para las comunidades con este proyecto?

La solución que desarrollaremos permitirá que los emprendimientos rurales acrediten certificaciones que den cuenta de las prácticas llevadas adelantes para mejorar su resiliencia climática y conformar una “calificación de riesgo climático” para presentar a instituciones financieras y comercios para mejorar su acceso al crédito. Instituciones y organizaciones aliadas a El Futuro está en el Monte podrán, a través de esta solución, otorgar credenciales sobre la identidad de emprendedoras y emprendedores que realizan avances en su resiliencia climática, por ejemplo: si han participado y aprobado capacitación en prácticas adaptativas, si participan de los sistemas de alerta y monitoreo, si aplican en sus fincas técnicas que reducen la exposición climática, entre otras.

¿Cuáles son los mayores desafíos que estiman que se van a presentar durante el proyecto?

En el sector rural de Argentina, y en particular dentro de comunidades vulnerables criollas, campesinas y originarias, existe una brecha enorme en el acceso a las comunicaciones digitales. La iniciativa El Futuro está en el Monte viene avanzando en acortar esta brecha. Junto con el BID Lab estamos expandiendo los centros de conectividad y acceso a tecnologías digitales entre las organizaciones de mujeres, en su mayoría originarias, de la región del Gran Chaco Americano. Además, en Salta y Jujuy se está comenzando un proyecto llamado Green Recovery apoyado por la Cooperación Europea para expandir el acceso digital a las comunidades más aisladas de estas provincias.

¿Cuáles son los beneficios que esta tecnología tiene tanto para su organización como para las personas beneficiarias?

En principio, la primera aplicación de la tecnología de identidad digital auto-soberana sobre blockchain será esta que hablamos anteriormente, es decir, la posibilidad de contar con “scorings de riesgo climático” para favorecer el acceso al crédito. Pero también estamos viendo que, si logramos generar estos scorings asociados a las identidades de pequeñas productoras y productores rurales, se abrirá toda una oportunidad de construcción de una nueva generación de micro-seguros agrícolas, así como también la posibilidad de que integrantes de El Futuro está en el Monte cuenten con una identidad única, inmutable y verificable, que abre todo un camino de desarrollo de sistemas de gobernanzas de redes extensas.

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DIDI es un proyecto de identidad digital autosoberana que tiene como objetivo la inclusión social. Es impulsado por ONG Bitcoin Argentina junto al BID Lab.

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